por patricia orellana
Quién cuidará a los bebés o niños es la constante preocupación de padres y madres de familia, sobre todo en el caso de aquellos que trabajan fuera del hogar. La abuela, por lo general resulta ser en muchos casos quien se encarga del cuidado; si no se tiene este apoyo se opta por contratar los servicios de alguna niñera, o de una guardería.
Cualquiera que sea el caso, lo primordial es garantizar la seguridad y sano desarrollo integral del niño o la niña, pues hay que considerar que “las edades de preescolar son las más importantes en la vida de los niños”, según explica Susana Castro de Penados, instructora en estimulación temprana, directora del centro infantil Kid’s Corner y promotora en contra del maltrato infantil. A continuación, algunos pros y contras de cada una de las siguientes opciones.
Aula maternal
Una de las ventajas de una guardería o centros de estimulación temprana es que reciben a bebés desde los 40 días de nacidos, donde trabajan las áreas de aprendizaje que requieren de acuerdo a su edad: sociemocional, cognoscitiva, motricidad fina y gruesa, además de autoestima, explica de Penados.
A través de las actividades y rutinas, los niños van adquiriendo y estimulando destrezas básicas para su desarrollo, lo cual facilita su proceso de aprendizaje y adaptación al medio.
Los niños que han estado en guarderías desde edades muy tempranas tienden a poseer mayor desarrollo del lenguaje, y en el área social son más extrovertidos y seguros de sí mismos, lo cual se traduce en una ventaja, explica la psicóloga educativa Olga Orellana.
Aspectos a tener en cuenta
Es importante que los padres, antes de inscribir a sus pequeños en un centro de cuidado diario, conozcan varias opciones y recorran el lugar para que se den cuenta de cómo se trabaja. Deben indagar sobre la capacitación que tienen las personas que se encargan de cuidar a los niños, cuantos bebés tendrán a cargo (no más de seis o siete niños por niñera y/o educadora en menores de 3 ó 4 años), horarios y rutina, así como instalaciones con buena iluminación y ventilación; áreas verdes para la recreación, juegos y mobiliario, de acuerdo a la edad y tamaño de los chiquillos.
Lo ideal es que la guardería se ubique cerca del domicilio. Los padres deben hacer todas las preguntas necesarias y estas tienen que ser respondidas ampliamente.
Marlon Cifuentes, director de los centros de cuidado infantil diario, de la Secretaría de Bienestar Social, refiere que estos deben contar con un registro que avale la capacidad para recibir a niños de 0 a 4 años, con personas idealmente formadas (maestras y niñeras capacitadas) para atender en estimulación oportuna y primeros auxilios, así como poseer licencia sanitaria. Asimismo —agrega Cifuentes— toda guardería, pública o privada debe tener un servicio de pediatra, o un seguro que posibilite y resuelva alguna emergencia.
¿Con una empleada?
Cuando la persona es de confianza, la ventaja es que el pequeño no tiene que salir de su ambiente. No obstante, el niño también puede verse limitado en su desarrollo, debido a algunos factores: como el hecho de que la empleada tenga poco tiempo para dedicarle al bebé, ya que también tiene que cumplir con las labores domésticas, lo cual hace que el niño no socialice ni pueda desarrollar otras destrezas.
Con una niñera
Contratar a una niñera acreditada es otra opción para que el bebé crezca en su ambiente. Una desventaja es el costo que esto conlleva. Antes de decidirse por una de ellas hay que buscar con tiempo, pedir cartas de recomendación y entrevistarlas personalmente, y durante esta, hacerles preguntas como qué haría en caso de fiebre, atragantamiento o caídas. Deben ser mayores de 18 años.
Hay que señalar con claridad los límites y explicar acerca de la disciplina que quieren para su pequeño. Esto también es válido con las empleadas. Es importante establecer un período de adaptación o de prueba de, al menos, 15 días antes de dejarlas totalmente a solas con los hijos.
Con la abuelita
La abuelita tiende a ser muchas veces la elección ideal. El amor y el cuidado que tiene hacia ellos es indiscutible; sin embargo, los padres del bebé deben considerar si su edad aún le permite atender al niño; asimismo, debe haber una relación familiar armoniosa.
Hay que considerar que la paciencia puede verse reducida y “el bullicio” del bebé puede alterarle.
Lo ideal es que si la abuelita cuidará al pequeño, siempre haya alguien más apoyándole.
¿Algo está mal?
Durante el proceso de adaptación el niño puede tener desequilibrios (llorar, irritabilidad, malhumor, etcétera), pero es pasajero.Hay que poner atención a los cambios de conducta y hablar constantemente con quienes lo cuidan.También estar atentos a las conductas negativas, pues muchas veces pueden estar sufriendo o estar atemorizados y no pueden expresarlo verbalmente.Es recomendable que periódicamente el padre o madre de familia llegue de manera improvisada al lugar donde se encuentra el pequeño, para observar el trato que recibe.